Anatomía

En la danza, la exigencia física y artística sitúa al cuerpo en un umbral de rendimiento comparable al de los atletas de élite. Entre las molestias más comunes se encuentran las contracturas musculares, conocidas popularmente como “nudos” o “puntos gatillo”. Estas contracciones sostenidas de las fibras musculares alteran la movilidad, comprometen la eficiencia del movimiento y afectan de manera directa al desempeño escénico.

La fuerza y el control en la danza, como vemos en figuras como Mikhail Baryshnikov, Louise Lecavalier, o Tamara Rojo, nacen del poder que reside en la cadera y el muslo. Esta musculatura no solo sostiene saltos, equilibrios y extensiones que parecen infinitas, sino que también es el epicentro de la potencia y la expresividad en cada movimiento. Entender su anatomía y biomecánica es clave para entrenar de forma segura, ampliar el rango de movimiento, evitar lesiones por sobrec

Las aperturas de cadera forman parte del vocabulario fundamental de la danza. Desde un pancake hasta un middle split, estas posiciones requieren no solo flexibilidad, sino también un conocimiento profundo de la musculatura implicada y de los mecanismos que permiten sostenerlas con seguridad.

El movimiento artístico se sostiene en un cuerpo vivo, sensible y entrenado. Comprender cómo responde la anatomía durante un estiramiento transforma la manera en que los bailarines se preparan, no solo para alcanzar rangos de movimiento amplios, sino para sostenerlos con fuerza, precisión y longevidad.

En Sensual Dance, la cadera es mucho más que una articulación: es un centro de energía, de memoria y de proyección escénica. Sin embargo, los largos periodos que pasamos sentados generan rigidez en la parte delantera, lo que limita tanto la movilidad como la expresividad en el baile. Por eso, los ejercicios que estimulan la apertura de caderas resultan esenciales.